viernes, 28 de marzo de 2008

Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan.

Es estrictamente necesario que conozcan esta maravilla literaria,es de Sor Juana Inés de la Cruz,usted puede,si quiere,encontrar su biografía en,http://www.mexicodesconocido.com.mx/,esta mujer es genial !.

Ahora,querida/o Lector/a, leer y empapaparse de esta maravillosa redondilla.

Hombres necios que acusáis a
la mujer sin razón,

sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia,

y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Queréis con presunción necia

hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro

que el que falta de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana,

pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis

que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y pena

que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar

y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.


Posdata : este poema claramente es dedicado para nadie en mi vida real que conozca o que haya conocido, así que no os preocupéis. Ahora, claro para algunos y no para todos, sería recomendable que lo leyeran y procesaran. En una de esas, les sirve para alguna cosa.