domingo, 28 de septiembre de 2008

Apología a Mariana

Puede parecer extraño llamarlo Apología, considerando que incluiría una alabanza. Y no pretende serlo. Pero sí, claramente una defensa a una desconocida, que creo tampoco conoceré.

Risueña, coquetona, metamorfoseada gracias a lo endocrino del organismo. Parece niña a ratos, pero en realidad adquiere cada ida a comprar mis cigarrillos mentolados más características de individua dotada de XX en etapa adulta. No teme en decir o hacer algo para captar la atención de los chiquillos de la cuadra. Ella es así, llega y lanza. Evidentemente en pos de lograr algunos de esos corazoncillos o más bien testículos llenos de testosterona asfixiante, la mire y se acuerde de ella alguna noche con carencia de lo árido.

La historia dice así (más o menos). Me encontraba carente de nicotina y con exceso de ansiedad y salí en busca de la medicina. Caminé hasta la esquina y me encontré con el lugar cerrado. Claramente existió la decepción hasta que vi a la Mariana atendiendo aunque estuviese cerrado. Como no salgo mucho por los alrededores de mi casa, más o menos desde los 12, la llamé por el nombre de su hermana.

Ella aclaró, como haría cualquiera, que se llamaba Mariana y no Cony. Consulté por los mentolados. Preguntó con cuánto pagaba. Fue a buscarlos hasta que dio media vuelta y vuelve a preguntar. Sólo aquella interrogante dio paso para que los dos individuos que estaban presentes con cara de pavos que se creen bakanes se burlaran de ella y dijeran entre medio de las risas: "puta, que es weona ésta".

Considero que estos tipejos no tienen la moral para llamarla así, considerando que no les han dado el Nobel ni han descurbierto la cura para el sida son simples mortales. Muy patúos!. La Mariana es chinchosa, media lesa incluso pero weona nunca.

Pero bueno, me entregó los Pall Mall y caminé pensando quizás cuántas veces a ella la han catalogado así o cuántas veces la/lo han catalogado a usted, a mis amigas/os o a mi así.
Por que claro, hacerse a ser la weona es distinto. La primera se relaciona con querer serlo y la segunda es obligado y sin mucho alegato.

Cuando uno se hace lo pase muy bien, cuando lo es deja de pasarlo bien.Aquella condición de serlo es compleja, dificil de cargar mientras se posee pero en si lo analizamos con calma se puede abandonar. Creame se puede.

Ahora, la voluntad para aquello es singular a cada una/o. Se relaciona con cuándo y cómo se termina con el show de ser y actuar como la Antígona, conducta desgastante e inútil. Claro está, que costará considerando que trae la costumbre pero se puede.

Si quiere saber cómo, mandese un viaje en micro, fumese un cigarrito o una tarde de domingo y descúbralo.

Luego me pasa el dato para publicarlo en este medio, le puede servir a varias/os de por ahí.

1 comentario:

Circonfession dijo...

sugiero que en general si uno se va a un safari con una mujer ella espera no sólo que uno mate a la serpiente, sino que también le corte la cabeza, en el aire.

el gesto heroíco de antígona es impensable para nosotros. ahora el que se ahorca queda como güón.

cagamos.